martes, 31 de enero de 2012

Preparando las maletas

Comienzo a preparar la ropa para cambiar de aires unos días.

Tengo un descanso de 4 días y podré pasarlos en Lanzarote en casa de mi hermano, que además de visitarle podré aprovechar para recorrer el circuito en bici del OceanLava, hacer corriendo la media maratón por el paseo marítimo de Puerto del Carmen y además ir a ver a los titanes del Enduroman que se disputa el fin de semana 4 y 5 de Febrero (dentro de 4 días), en varias distandias, desde un Olimpico hasta la distancia de Doble Enduroman.

Cada día con más ganas, que después de estos días de descanso obligado por el trabajo, voy teniendo mono de correr, de coger la bici y de llegar por la noche a la cama con las piernas rotas del cansancio.

Ya os contaré desde allí qué tal va el Enduroman

lunes, 30 de enero de 2012

Imprescindible!!!

Solo puedo decir que es imprescindible.

Cualquier corredor, de cualquier distancia, cualquier ciclista de cualquier disciplina, cualquier escalador o alpinista de cualquier estilo, en definitiva, cualquier deportista de cualquier nivel encontrará en el libro Correr o morir de Kilian Jornet la motivación y el estímulo necesarios para seguir practicando su deporte por muy adversos que sean los contratiempos que lleguen.

Es sin duda alguna, un extra de motivación y una gran ayuda para los momentos de flaqueza.

sábado, 28 de enero de 2012

Orgulloso de las pulsaciones


Hoy nada más levantarme y despejarme un poco, he mirado las pulsaciones en reposo, y ahí está, 46ppm. El tiempo que aparece debajo es de los 90 min de spinning de ayer.

Con la emoción de haber bajado otra pulsación en este mes, me he levantado y he salido a correr 11km en ayunas.

Por la tarde me toca nadar, otros 3000 a la saca, y seguimos sumando...

viernes, 27 de enero de 2012

"Novelizando" el entreno.



Para unos, el camino hacia la agonía, otros ya de vuelta de haber recorrido ese camino, y en todos ellos una misma mueca, la del esfuerzo.

Tanto los pasos de unos como de los otros son lentos, aunque no débiles, son firmes, con decisión, sabiendo hacia dónde se dirigen y no apartándose del camino aún teniendo claro que dolerá, que se sufrirá, pero que la recompensa será grande.

El inicio es un ritual, cada uno ajusta sus monturas, se oyen los "click" de los automáticos, se oyen los "piiiip" de los pulsómetros, y se oye el murmullo del roce de los discos de inercia, hemos comenzado a ritmo suave, recien subidos en nuestros caballos, un batallón de 23 guerreros comenzado la lucha contra nosotros mismos, siguiendo la batuta que marca el lider, subidas, sólo subidas, todo hace indicar que esta de hoy será una batalla dura, y que como despedida de semana nos van a dar caña, pero la aguanteremos, porque hemos venido a eso, así que los siguientes 90 minutos transcurren lentos, con las piernas suplicando piedad y la mente intentado evadirnos del dolor para poder continuar siguiendo al jefe a su ritmo, en cada paso que nos anima y ordena con gritos de "un cuartito más de vuelta", "DUUUROOO", "está duro señores", "seguimos subiendo", "no me paro", "yo no bajo la intensidad", ..., y aunque contado parezca un castigo, todos los allí presentes somos un ejército de voluntarios, por lo que no vale quejarse, y aunque las caras de la gente así lo parezcan, a todos no está gustando ese sufrimiento.

La tensión y dureza del momento se notaba en el ambiente.

Las caras y expresiones de los allí presentes no hacían más que confirmar lo que se presentía nada más entrar en la sala.

La diferencia más notable con una guerra real, es que en nuestros cuerpos no brota sangre de heridas, son gotas de sudor que corren por las frentes, brazos, piernas, y camisetas empapadas que denotan esfuerzos, posturas imposibles, gestos de dolor, gemidos cortos para llegar el esfuerzo que nos piden.

Unos momentos de relax para recuperar las piernas y vuelta a la carga, de nuevo el fragor de la batalla se apodera de todos con la música acompañando ritmos y gritos animando y dando órdenes.

Los aplausos al finalizar significan buena cosa, ducha y a descansar, pero hoy no era día de terminar, y tocaba continuar el entrenamiento.

Unos estiramientos de gemelos y cuádriceps, y vuelta a empezar, ahora son golpes continuados, rítmicos, que marcaban los pasos de la carrera que se siguen a ritmo de tambores como si de una batalla medieval se tratara. 

Y con la mente alejada del lugar y pensando en un ejército de hombres a pie que avanzan con paso decisivo contra no se sabe qué, tan, tan, tan, tan, van marcando los tambores el ritmo del paso, y de más al fondo, voces de ánimo, gestos de ayuda, la gente contando y diciendo "vaaaamosss, que te quedan sólo dos".

Todos atareados, unos de pie, otros sentados y algunos tumbados, aunque no precisamente descansando.

En la calle se respira el aire de la brisa del mar mientras dentro de la sala cubierta de cristales no se nota ni el calor, ni la falta de oxígeno en los músculos, sólo hay un pensamiento en la cabeza de todos, seguir machacándose.

Esa es la imagen que muestra un gimnasio, con sus máquinas de cardio, sus pesas, sus multiejercicios, espalderas y colchonetas de estiramiento.

Y así es como ha ido hoy mi entrenamiento, 90 minutos de spinning seguidos de 30min más de carrera para soltar.

Vamos que el fin de semana no ha hecho más que empezar, y mañana toca nueva pelea que repartiré en dos sesiones.
A seguir disfrutando de los entrenos.

Apetece una "hamburguesita"?!?!?!?!





Qué os parece la hamburguesería que han abierto en León?? En Puerto del Rosario también tenemos una de estas, no sé el nombre, pero sí dónde está. ;-)
Noticia sacada de: http://www.diariodeleon.es/noticias/destinos/hamburguesas-xxxl_661664.html

Vicente Aguado y su esposa, Marisol Del Blanco Reyero, abrieron hace algo más de un año un café bar en la calle La Serna. Al poco tiempo se dieron cuenta de que, con la crisis, había que innovar y buscaron algo que no había en León. Su hijo les dio la idea, importada del barrio de Madrid en el que vivieron. Dicho y hecho. Con las manos en la masa se pusieron a elaborar hamburguesas, perritos y sandwiches de tamaño XXXL que hoy son auténticas delicias para el paladar. Tan grandes que sólo tres personas se las han podido acabar a título individual. De hecho, los perritos y los sandwiches tienen 50 centímetros de largo. En el caso de los primeros, hubo que buscar una empresa que hiciera salchicas de ese tamaño que les sirve la empresa leonesa Embutidos Santos. En cuanto a las hamburguesas también será difícil acabarla sin compartirla. Las de tercera y pollo tienen 500 gramos y la de buey 600 gramos. «Siempre carne de León y de la mejor calidad», dice Vicente Aguado.

En cuanto a las variedades, elaboran nueve tipos de perritos, desde el clásico hasta el que lleva paté de chorizo, pasando por otros ingredientes como los pimientos asados, la morcilla o la cecina. Tres son los tipos de sandwiches que se pueden degustar en este bar tan peculiar: mixto, vegetal y gocho. Éste último tiene jamón york, beicon, queso y cuatro huevos fritos. De esas tres mismas variedades son las hamburguesas aunque está punto de lanzar una nueva propuesta: hamburguesa lario que lleva todos los ingredientes (carne, queso, beicon, lechuga, tomate, cebolla y huevo frito). «Hay gente que nos pide añadir más ingredientes a los que ya tenemos en las especialidades actuales asi que esperamos que tenga éxito», augura su dueño.

Uno de los secretos es el pan, elaborado de forma especial por Fuensanta. Además, este es el motivo principal por el que hay que reservar dado que el pan se sirve a diario y, dado su tamaño, es imposible sustuirlo por otro. También llama la atención su precio: entre 8 y 12 euros los perritos; entre 12 y 17 euros las hamburguesas y entre 8 y 11 euros los sandwiches. Además, por cuatro euros más incluye patatas fritas y dos bebidas grandes. Con una clientela con una media de 30 años, Café Bar Lario también está de rebajas. Veinte céntimos de descuento por cada consumición. Imprescindible probarlo.