sábado, 7 de enero de 2012

Vino una "amiga" y quería que me quedara en casa

Pues tal cual, esta mañana he ido a currar y me he levantado a las 5, salí a las 2 de la tarde y a las 3 estaba comido y en el sofá viendo la tele, y en ese momento sonó el timbre, abrí y era la señora PEREZA que había aparecido para tratar de convencerme que mi culo estaría mejor todo el día en el sofá que entrenando.

Después de un diálogo de besugos, ahí se quedó, en el sofá mientras yo me cambiaba de ropa y preparaba la bolsa para salir de casa y ponerme a entrenar después de dos días de descanso por los calambres de las piernas, que por cierto, me han venido genial.

Una vez me había librado de la pereza, me puse manos a la obra, y en el gimnasio comencé suave en la bici, rodando, probando las piernas, y me encontraba bien, así que una vez había calentado seguí y me hice una clase de spinning de 45 minutos de subida, haciendo intervalos de 2 min de pié y 2 min sentado.

De la bici me pasé a la cinta y me puse a correr, una carrera suave al principio adaptándome a la transición de bici a carrera (como todos los días), y una vez que las piernas se acostumbraron la carrera fue fácil y me encontré bastante bien durante toda la carrera.

Pero los dos días sin hacer nada se notan y me recordaron una frase que me contaron una vez unos amigos músicos que tocan el bajo, que me dijeron si un día no tocas, al día siguiente lo notas tu, si dos seguidos no ensayas lo nota el público, y hoy, me imagino que el resto de la gente del gimnasio no se haya dado cuenta de si yo iba bien o no, pero las piernas tenían más ganas de bajarse de la bici que yo, aunque me encontré bien, las noté más pesadas, así que se acabó eso de dejar de entrenar dos días.

Y ahora señores, los niños y los que madrugamos nos vamos a la cama, que mañana de nuevo me toca amanecer a las 5!!!

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