lunes, 11 de febrero de 2013

Sigue habiendo cosas que no tienen precio

Llevo ya una semana larga con mi nuevo juguete, el pulsómetro 910XT de Garmin, hasta ahora nada negativo que decir de él, la primera prueba de batería me dio algo más de 15 horas de entreno, más los tiempos que he estado "toqueteando" en casa y los tiempos de descargar de datos del reloj al PC, y viceversa, ya que he creado planes de entreno en connect.garmin.com que posteriormente he descargado en el reloj, por lo que el tiempo de funcionamiento sí que se aproximará a las horas que dicen que dura, veremos en las siguientes baterías las horas que me da, ya que no tendré que toquetear tanto.

Estos días han sido de mucha carga, haciendo triples sesiones de entreno, combinando fuerza, resistencia, mezclando ejercicios para entrenar las transiciones y haciendo tiradas largas de carrera, 16-17k después de haber estado dando caña a las piernas en la bici o en el gym, para terminar el día con sesiones de 4000 de agua y relajar un poco.

A pesar de surir en días de entrenos largos, con el viento que está pegando en la isla, tanto la bici como la carrera se hacen duros, muy duros, pero como suelen decir por ahí, no hay dolor, y todo está en el coco, así que, lo mejor es dejar de pensar en el dolor y correr, olvidarte de lo que se sufre y correr, evadir la mente y seguir corriendo, poco a poco te comes los km y cuando te das cuenta estás a 15min de casa y ya lo tienes hecho.

Para poder pensar en otra cosa, la carrera de estos días la he hecho cambiando de ruta, un camino nuevo ayuda a mirar el paisaje y no pensar en lo que te queda, que es lo que sucede cuando te conoces el camino, si a eso añades que la ruta nueva que he cogido es un camino a escasos metros del agua, pues ayuda más aún, el batir de las olas del mar picado de estos días acompañaba al viento que sopla fuerte, pero a pesar de lo duro que se hacía correr en contra, el rugido de las olas, la espuma, y ruido de las rocas arrastrándose en el fondo me distraían bastante y fue un pequeño empujón en las carreras que me he pegado, hicieron un poco labor de paraviento ficticio, ya que mientras corría miraba la espuma blanca y eso no me dejaba pensar en las piernas, ni en el viento en contra, ni en las pulsaciones, simplemente corría.

Pocas cosas nos quedan hoy en día, que siendo tan baratas, no tengan precio, y la costa de Fuerteventura es una de ellas.

Nos vemos entrenando

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