Como la mayoría de los grandes hallazgos de este mundo, hoy
por casualidad, he encontrado la manera de entrenar las transiciones en casa.
Aplicando la teoría matutina de “cinco minutitos más mamá,
cinco minutitos” me he levantado 40 minutos tarde.
Total, que he comenzado mi entrenamiento para un triatlón
sprint en casa de la siguiente forma.
He desayunado dos geles mientras me tiraba a la ducha sin
neopreno y sin notar si el agua estaba fría o caliente, no había tiempo para
pensar en nimiedades como esa, estoy sólo, así que puedo bracear sin problema.
Salgo del agua en solitario con una mini toalla secándome los
pies para poder calzarme y evitar posibles rozaduras en la siguiente
disciplina. Termino de vestirme, me pongo el cortavientos, casco, guantes y me subo a la
moto.
Recorro los 8km hasta el parking del trabajo sin pasarme de la velocidad
permitida, pero evitando encontrarme con gente que me entorpezca el camino, al
ser un entreno en solitario, no hay rebufo, voy sólo. Aparco la moto en las marcas
indicadas, fuera casco, fuera guantes y los dejo en su lugar sin que se salgan
para que no me sancionen y sobre todo, para no perderlos.
Con los geles aún sin digerir, comienzo la carrera que me
llevará desde el aparcamiento hasta la oficina, donde entro con un tiempo de unos
19 minutos y muchísima hambre.
Señores, como consejo, sólo me queda decirles que se
levanten a la hora, que realizar el entreno de camino al trabajo NO ES SANO.
Nos vemos entrenando.
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