Es tiempo de llanto, es tiempo de duda,
de nostalgia y de "mi" locura.
Salimos a rodar un rato con la mtb, no muchos kilómetros, salieron unos 45, porque a las 18:30 tenía que estar de vuelta para ir al gym, que más tarde resultó no haber clase en el gym, sino sesiones de pierna en la playa. Bendita arena (su puta madre).
La ruta en bici, dura, zona de rompepiernas por el camino de la costa que nos lleva a pozo negro, subiendo y bajando barrancos, un calor terrible (por cierto, un saludito a los que decían que no tendríamos verano) y poco viento que nos refrescase, a buen ritmo y eso que habíamos quedado para una salida fácil y suave, pero los colegas aún no han entendido ese concepto.
Dimos la vuelta después de reparar un reventón en una bajada, y vuelta a casa, ahora el poco viento que había lo teníamos en contra, en algún barranco perdí el bidón que llevo en la tija y muerto de sed parada obligatoria en el primer super que pillamos. Entre la parada, el pinchazo, el calor y viento en contra (suave) muy justo de fuerzas y deshidratado y llego tarde a casa, ducha rápida y a la playa, llego justo, pero no me pierdo ningún ejercicio.
Comenzamos calentando con un trote cochinero por la orilla, y luego llegaría mi muerte muscular. Sentadillas, paso profundo, saltos, cambios de ritmo y carrera por las dunas serían los causantes de mi primer abandono en una clase dirigida.
Haciendo referencia al título, ayer llegó mi tiempo de llanto, los cuádriceps no respondían y los calambres llegaban cada pocos metros, paradas a estirar, y en cuanto forzaba la carrera por la arena me tenía que tirar al suelo porque no me aguantaba de pie. Fue tiempo de duda, seré capaz de coger de nuevo la forma?? tengo un verano muy ajetreado y en una semana travesía de 6k y en dos semanas 150k de mtb. Fue tiempo de nostalgia recordando la forma física con la que llegué al Ironman y es tiempo de mis locuras, en todos estos jardines me he metido yo sólo y es voluntario, así que no vale quejarse.
Señor@s, nos vemos entrenando.